¡HOLA!
¿Sabías que en la Biblia puedes descubrir tu verdadera identidad y que con Dios puedes encontrar el propósito para el cual fuiste creado?
La realidad es que todos nacimos siendo pecadores (Romanos 3:23) y necesitamos un Redentor que nos reconcilie con Dios. Jesús es el camino, la verdad y la vida; nadie puede llegar al Padre si no es a través de Él (Juan 14:6).
La realidad es que todos nacimos siendo pecadores (Romanos 3:23) y necesitamos un Redentor que nos reconcilie con Dios. Jesús es el camino, la verdad y la vida; nadie puede llegar al Padre si no es a través de Él (Juan 14:6).
Para convertirte en hijo de Dios, necesitas reconocer tu pecado y aceptar que necesitas a Jesús, el único Salvador (Romanos 5:8).
Romanos 10:9-10 dice que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo.
Romanos 10:9-10 dice que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo.
Cuando recibes a Jesús en tu corazón, pasas a ser hijo de Dios (Juan 1:12), y Él te regala una nueva vida (2 Corintios 5:17). Comienzas a ser una persona transformada: tus pecados son perdonados (1 Juan 2:1), y estás listo para caminar en una vida nueva, en comunión con tu Padre celestial.
La pregunta es: ¿quieres recibir a Jesús? ¿Quieres acercarte al Padre?
Si deseas aceptar el regalo de salvación que Jesús ofrece a todo aquel que cree en Él (Juan 3:16), esta es una oración modelo que puede ayudarte. Son solo palabras de guía, pero lo verdaderamente importante es que creas con todo tu corazón. Ni está ni ninguna otra oración tienen “el poder” para salvarte. La salvación solo viene por medio de un corazón arrepentido y rendido ante Jesús, el único que realmente puede salvarte.
Esta es una decisión entre tú y Dios, quien te conoce, te ama, y desea rescatarte del pecado, transformarte y regalarte vida eterna.
Esta es una decisión entre tú y Dios, quien te conoce, te ama, y desea rescatarte del pecado, transformarte y regalarte vida eterna.
¿Respondiste que sí?
SIGUE ESTA ORACIÓN
Dios, sé que he pecado contra Ti y que soy merecedor de condenación eterna. Pero he aprendido en Tu Palabra que Jesús es el Mesías, el Redentor, y que Él pagó el precio por mi salvación.
Hoy pongo mi vida en tus manos, para que hagas con ella lo que Tú quieras, porque ya no me pertenece. No quiero vivir más para mí, sino que quiero que seas Tú quien viva en mí (Gálatas 2:20).
Gracias por el regalo de la salvación y por darme vida eterna. Te amo, Señor, y oro esto en el nombre de Jesús. Amén.
Hoy pongo mi vida en tus manos, para que hagas con ella lo que Tú quieras, porque ya no me pertenece. No quiero vivir más para mí, sino que quiero que seas Tú quien viva en mí (Gálatas 2:20).
Gracias por el regalo de la salvación y por darme vida eterna. Te amo, Señor, y oro esto en el nombre de Jesús. Amén.